viernes, 9 de agosto de 2013

APOLÍTICO


—¡El llanto! — respondió un pertinaz alumno recién llegado a la universidad. 

El novato soñaba con aprender los entresijos de la Historia y los secretos de la Ciencia y las evoluciones de la Humanidad.

Minutos antes había interrumpido la clase, esbozando: «¡Yo soy apolítico, profesor! ¡Usted no va a convencerme —prosiguió insistente—: en los libros están escritas las bases de la sabiduría y el conocimiento... ¿qué hace hablándome de bebés?... De ninguna manera pretenderá hacerme comprender que todos somos políticos por naturaleza y de la importancia de tomar partido por estos oportunistas y manipuladores políticos. Dependerá de mi profesión».

El curtido profesor, simulando una sonrisa ante el discurso del novato, se refirió a él mirando a toda la clase: “¿Qué hicimos cuando, recién nacidos y extrañando el calorcito del vientre materno, nos sentimos con hambre, miedo y frío?... 

Dígame usted, novato, ¿qué hacen los bebés cuando tienen hambre, miedo o frío? ¿Qué cree que hicieron todos al nacer?

—¡Lloramos!— retumbó al unísono la voz de los alumnos.

Entonces, ¿cuál piensa que es la política del recién nacido, para conseguir satisfacer sus necesidades? Preguntó el curtido profesor. 

Asintiendo la respuesta del novato alumno el profesor infirió: “Hay alguno de ustedes que  aún continúe con la política del llanto?”


German Ricaurte García

Panadero de la vida