miércoles, 16 de noviembre de 2011

A gusto de todos



"El que crea para construir hace el bien. El que crea para destruir es el mal”. Pablo Neruda.

Yo, a cuenta de mi incapacidad...

Solo con el pasar del tiempo algunas frases que leemos llegan a ser comprendidas, de manera consciente, a partir de alguna confusa inspiración y se convierten en detonantes del cambio que necesitamos para transformar nuestro entorno.
Inspirado en la inocencia para disipar las riadas de lágrimas que inundaron mis sentidos y desbordaron mi corazón, aquel día sentí liberar mi alma cuando percibí por primera vez las maravillas dibujadas en el lienzo de mi vida. Me esperaban para ser pintadas.
Aun cuando la imaginación que forzaba mi voluntad se resistía al cambio, acepté comprender bajo el amparo del perdón que, además del talento que podemos llevar dentro, también es necesaria la luz que emana el cielo, desde nuestro corazón, para dibujar sin miedos y sin rencores y sin iras y sin venganzas un nuevo amanecer pintado con pasión.

Fue después de mucho borrar...

Con la tinta mágica del amor repintaba de nuevo cada bosquejo, día tras día, en el taller de mi corazón y sobre el lienzo de mi vida, hasta que apareció tendida la paleta de mil colores de la mano del gran pintor, para el deleite de mi creatividad. Así pues, aparecieron la esperanza y la Fe y la ilusión para trasformar los miedos, las angustias y la sinrazón, que manchaban mis trazos, por el esfuerzo y la constancia y el valor y mi talento enriquecía los nuevos paisajes que afloraban brillantes con luz propia ante el espejo. 

¿Será que la mentira o la duda o el temor aún nublaban mi campo de visión?... Porque a veces también aparecían nubarrones y lluvias y tormentas. Nunca lo supe. Enseguida asomaban de nuevo los detalles más pequeños para comprender mejor cada día este mensaje que dice: “Si amas a Dios, a tus padres y al prójimo como a ti mismo, es que haces el bien. Por tanto, te espera salvación”. 

¿Será entonces que el amor es la base de toda relación?, me pregunté. Quizá sea cierto que basamos nuestra vida en el amor, pero, nuestras relaciones se basan en otros cuentos, me dije otra vez; porque seguimos sin confiar, sin creer, sin perdonar o lo que es lo mismo, seguimos sin Amar.

Fue así como un nuevo detalle brilló de nuevo: siempre podemos pintar nuevos paisajes en el lienzo de nuestra vida, a lo mejor, el gran pintor nos deja matizar los colores con nuestros sentimientos ¡A gusto de todos!

Desde entonces…
Escribo mis experiencias en este mar literario que la vida me invita a cruzar a diario e intento nadar con brazada lenta, para no acalambrar mi mente, en el frío espacio de la razón. La brújula de la inocencia me guía hasta la orilla de cada puerto, mientras espero paciente para comprender otras frases de los grandes, como Neruda, y logre continuar mi propio viaje.

"El que cree para el bien, cree en Dios. El que cree para el mal, mal está”. German Darío Ricaurte García

Panadero de la vida.


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