miércoles, 8 de junio de 2011

Numero 44.904 de Buchenwald

"A veces, creemos saberlo todo, cuando no sabemos nada..."

Anoche mientras veía la entrevista de un tipo con voz melodiosa. Acaparaba mi atención, sus elocuentes impresiones acerca de la actualidad. Nunca había escuchado hablar de él. 
Apunté su nombre para "googlearlo" y conocer un poco mas acerca de sus reflexiones, su filosofía contemporánea ¿Y cuál fue mi sorpresa?

"El filosofo, escritor, y preso matriculado con el número 44.904 de Buchenwald: fallece en su residencia de Paris-donde vivió exiliado desde el año 1939-."

¡Vaya manera de conocer a alguien!-
me dije.Hacía menos de una hora, antes de las noticias,
este señor vivía en mi televisor, y ahora, acababa de morir en el mismo. ¿Cómo podía ser si lo acaba de conocer hace unos minutos?, su discurso, pacifista y reconciliador me había cautivado. Que vainas tan raras pasan en la vida- me dije y pude dormir.

A la mañana siguiente, aún sobresaltado, decidí investigar al  muerto. Necesitaba digerir la experiencia de conocer y despedir al mismo tiempo,  a quien había llamado gratamente mi atención. Su literatura y biografía, me seguían causando un shock emocional -Cuando descubres lo ignorante que puedes llegar a ser por desconocer la existencia de pensamientos a fines a los tuyos, te das cuenta que haz perdido el tiempo creyéndote el único capaz de imaginar un mundo diferente-. y lo más razonable sería seguir acercándose al pasado para llegar a comprender mejor a los testigos que han creado historia. 

El periódico el pais.es escribía de él: "Semprún construyó su obra literaria con los fragmentos de su propia memoria y en ella queda, pues, el recuerdo de los hechos y de los sentimientos de una vida marcada a fuego por todas las barbaries modernas."

Salvando muchísimo las distancias. Es esta la parte del legado que ha conquistado mi razonamiento y del cual he podido reflexionar con mis amigos:
-Comparto la perspectiva de ver el mundo desde nuestra esencia para aportar las enseñanzas extraídas de aquellas experiencias que han marcado nuestras vidas. Siempre desde un punto neutral. Deberíamos  encontrar la igualdad para todos los interventores sociales de la manera más pacífica y reconciliadora que, cualquier conflicto o barrera no permita el avance hacia la paz interior de los individuos. Y exteriorizar así la aceptación de las distintas formas de ver el mundo-. 

De la guerra, subscribo su propia opinión en la entrevista melodiosa:

"No todas las guerras son justas, pero algunas sí"-dijo desde su jardín.
Y dio como ejemplo, la suya misma contra los nazis(como para contradecirlo).
Pero, la injusticia de invasiones caprichosas como las de Irak(referida por ser la 
última guerra declarada como tal) y otras guerras absurdas- continuaba afirmando- se libran actualmente sin tener en cuenta temas tan sensibles como los religiosos e ideológicos, y se centran exclusivamente en todo lo económico. Bueno, eso siempre ha sido así-continuó diciendo mientras paseaba para despedirse decido a creer en la igualdad como base de toda libertad. Y apuntando a la reconciliación de todas las culturas como la verdadera razón ideológica- Finalizaba aquella entrevista en mi televisor para dar paso a su muerte.
¡Digna forma de morir para un fugaz amigo!

«Sólo con ilusiones no movilizas a nadie, debes apuntar, cuáles son los objetivos de la lucha, pero la ilusión de que se puede conseguir mayor igualdad en este mundo no podemos perderla». Entrevista en el diario Clarín (2010) -Jorge Semprún-(1923-2011).
QEPD.

Ojalá algún día, podamos aportar un mínimo de ilusión para ayudar a mejorar esta sociedad perdida en las desigualdades de la humanidad. 
Ese señor que me cautivó por su voz melodiosa, nos ha dejado una buena estela para digerir:  la adolescencia en el exilio de la Guerra Civil (Adiós, luz de veranos...), la resistencia antinazi y la experiencia de Buchenwald (El largo viajeViviré con su nombre, morirá con el míoAquel domingo y, sobre todo, La escritura o la vida), la expulsión del Partido Comunista de España (Autobiografía de Federico Sánchez) o el periodo como ministro de Cultura en la segunda legislatura de Felipe González (Federico Sánchez se despide de ustedes).elpais.es

Tal vez, la única guerra justa que debemos luchar los seres humanos ante cualquier adversidad está en nosotros mismos. En nuestros pensamientos, en nuestra mente, 
en nuestros cuerpo y sobre todo, en nuestro corazón.
Luchar espiritualmente en nuestro interior, nos dará la reconciliación necesaria 
para abstraernos del Yo egoísta, narcisista y disyuntivo. 
Ponernos en el lugar de los demás para comprender sus propias necesidades culturales, raciales, religiosas y morales que, nos distinguen unos de otros. Nos hará conocer la esencia de nuestra naturaleza espiritual: La fuente que emana amor, esperanza, salvación y libertad.  Sólo eso sí, cuando dejamos de "ensimismarnos" y nos volvemos a la grandeza de quienes se abstraen de su propia singularidad para encontrar la luz que tanto anhelamos los hombres de Paz.

¿Cómo pudo evolucionar el pensamiento empedernido de un hombre comunista hacia un socialismo democrático? 
-No podemos pensar que sólo los hombres testigos de la historia pueden llegar a explicar y expresar dicha evolución. Paz en la tumba de don Jorge Semprún y guerra en el interior de quien lea su legado.

Dice un panadero:
"Quizás luchando en nuestro interior, lleguemos a evolucionar también en nuestros pensamientos" 




-Panadero de la vida-

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