lunes, 24 de enero de 2011

TUMACO: tierra de paz


Tristeza siento 
con el último acontecimiento de mi pueblo natal;
el miedo me hace temblar el alma desde mi cuerpo a la eternidad
como aterrorizada anda la gente gente en mi Tumaco: tierra de paz.

Tras sus cuchos reinan 
la barbarie y la impunidad;.el patrimonio inscrito 
de bandoleros sin piedad: “guerrillos”, “paras”, “narcos”, “bandas criminales”... 
Todo bajo la vista gorda de la autoridad.

Por sus calles nadie sale a caminar;
la muchedumbre tumaqueña refugiada tras su altar— 
suplica paz para su hogar,
bendición y libertad. 

En sus parques llenos antes
de jóvenes echados pà lante, escriben:
“Aquí abunda la soledad, la ignominia y el peligro,
el desempleo y el azar, la locura terrorista… Ya no queda ni Pias-Pias”

Recuerdo a doña Merengo: «échele ‘yuyo’ que... después, yo vengo»;
A la negra Pancha en el mercado, convidándome: «Hola niño Mancho, ¡venga pruebe este tapa’o!».
Yo quería piangua, de ceviche
o camarón en encoca’o.
Tal vez tollo bien suda’o  
o un caliente  pusanda’o, de Serrana, la otra carne del
mercado.

En el Puente del Medio, el pesca'ito frito;
en el Pindo, el Pepepan, la Guama y el Caimito;
en San Judas(la cancha), unas fritas empanadas.
¡Aaah! ¡Bellas épocas de galladas!
‘Gallada Pecuéca’ era la mía…
¡Tantas embarradas!
Lugar aparte guardo en un rincón para
los secos del Puente del Comercio;
las picadas de ‘Las velas dos’(en la esquina del billar);
la jaiba, el cangrejo, la chautiza, el ‘plu con pla’,
nuestro rico sabor a mar... Mmmm, qué rico, ¡madre mía!
¡La cevichecría!

Para un Son, en ‘El Mesón’.
En el Morro, donde ‘Rafa’.
Una botellas de Cristal en Candilejas, quien mandaba la parada.
El galeras, en el Puente a la bajada
—de ida o venida—
según con quién nadabas.

Solía nadar en La Playita, 

detrás de la Avenida;
en el Bajito incluso hasta en ‘La Rada’.
Pescaba en un potrillo vigiando entre las casas; 
zarpaba a Bocagrande, de noche y madrugada.
¡Manglares de pasada!

Hoy, desde la distancia, 
a nuestros habitantes pido tolerancia.
A sus dirigentes, se acuerden de su infancia. 
Por favor: inviertan en los niños y proyecten un futuro —sin tanta ignorancia—. No aparezcan sólo en época de elecciones, para después… ¡Hala!
¡A repartirse la ganancia!

«¿Qué podemos hacer, de nuestra parte, para volver a disfrutar de un nuevo amanecer en paz?»
No lo sé. Pero, tal vez, un cambio de valores, de actitud, de compromiso, de Fe y de confianza, por parte de los administradores del poder, nos caiga así de bien, como la Cáncharina a la Otalla de la "Ye" ¡El desayuno más sabroso para aquel amanecer¡
MANCHO




07 Noviembre de 2010
"Dedicado a mis amigos que están en el cielo, víctimas de éstos acontecimientos"


Panadero de la vida





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